El 13 de octubre, por primera vez un aerogenerador off-shore ha sido inaugurado en Francia. El proyecto se llama Floatgen y es el resultado de la
colaboración de empresas e instituciones tan variadas como la start-up del sur de Francia Ideol, la gigantesca empresa Bouygues Obras Públicas, o la escuela de
ingeniería Centrale Nantes.
Durante las próximas semanas, el
aerogenerador va a ser transportado a su lugar de prueba, a 22 kilómetros de El
Croizic, donde permanecerá por dos años. El generador fue creado por el primer
constructor mundial, Vestas, y tiene una potencia de 2 megavatios. El aerogenerador ha
costado 25 millones de euros, incluidos 10 millones aportados por la Unión
Europea.
El mástil mide 60 metros de altura, y el rotor 80 metros de diámetro. Están
instalados sobre un flotador de 4000 toneladas con forma de anillo cuadrado, de
36 metros de ancho, que está fabricado con concreto hueco. Este flotador está
hecho a partir de una tecnología muy conocida por Bouygues. Nicolas Jestin, un
ingeniero de Bouygues, nos dice al respecto: “Las paredes tienen 35 centímetros
de espesor y protegen el hierro del agua del mar que es corrosiva. (…) Tenemos
una plataforma en un sitio petrolero off-shore
en África que funciona desde hace 20 años, sin deterioro de las paredes.” Este
flotador es anclado al fondo por seis filas de nylon de alta resistencia.
Este sistema de flotación, que constituye una alternativa a los
aerogeneradores off-shore plantados
en el suelo, pueden ser instalados a una profundidad más grande que cincuenta
metros. Allí, el impacto visual y los
conflictos sobre la utilización del espacio marítimo son reducidos. Además, el
viento es más fuerte y regular, por lo que el generador produce por más tiempo,
un 55% frente al 40% producido por los modelos fijos en el mar, y al 20% o 30%
que generan los modelos instalados en tierra firme.
Una ventaja adicional es que no necesita trabajos importantes en el mar,
pues todos los elementos son ensamblados en el puerto, después de ser remolcados
al sitio.
Existe otro prototipo formado por un mástil de 208 metros, que comprende
una parte de 100 metros sumergidos para asegurar su flotación, además de un
rotor de 85 metros de diámetro. Este prototipo fue desarrollado por Statoil, un grupo petrolero noruego. Un
parque eólico formado por estos aerogeneradores ha empezado a producir energía
a 25 kilómetros de las costas escocesas del Aberdeenshire, desde fines de
octubre 2017. Con una capacidad de 30 megavatios horas, puede suministrar
energía a 20.000 hogares.
Comparada con Noruega, Francia llega tarde, aunque tiene un potencial excepcional,
con 11 millones de kilómetros cuadrados de espacio oceánico bajo su
jurisdicción. De entre los 3600 aerogeneradores off-shore en el mundo, ninguno ha
sido instalado en Francia. El problema proviene de demandas jurídicas que se
oponen a este proyecto. Sin embargo, cuatro parques financiados por EDF Energies nouvelles, Engie, Eolfi y Quadran, deben surgir en 2021. Incluye a tres parques en el Mediterráneo
(frente a Leucate, Gruissan y Fos-sur-Mer), y uno en el Océano Atlántico (al
lado de la isla de Groix), que producen un total de 24 megavatios. Por ejemplo,
el parque frente a Gruissan, que se llama Eolmed
debe empezar a ser construido en 2019, para generar 6 megavatios en 2021. El
parque cubrirá 5 a 7 kilómetros cuadrados, y estará situado a 15 kilómetros de
las costas y será el segundo parque mundial tras el de Statoil.
El potencial de Francia es evaluado en 6000 gigavatios, el equivalente a
3,6 nuevos reactores nucleares. Además, el Instituto americano Carnegie sostiene que los parques eólicos
podrían atender las necesidades energéticas de los Estados Unidos y de Europa.
Camille Chadian & Capucine Cauzac
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